Abundan culpas, pero sin denuncias

Imagen ilustrativa.

Por Javier Villegas Orpinela.-La constante incertidumbre que se vive en México desde la trinchera empresarial es principalmente porque el Gobierno federal lanza todos los días culpas a diestra y siniestra.

Cierto que tal dinamismo oficialista causa algarabía entre el grueso de la población porque el graderío aplaude cualquier descobije, pero causa estupor entre los hombres y mujeres de negocios que son los que invierten, generan empleos y pagan impuestos por el bien de la salud financiera del sector público y del País.

De por sí los negocios se mueven siempre sobre terrenos veleidosos y, no obstante, el mandatario mexicano le inyecta frecuentemente más mantequilla a la pista.

Con constantes discursos sobre el pasado de México salpicados de ideología socialista y de demonios capitalistas, López Obrador acumula casi tres años en el poder y la economía durante este tiempo se le está diluyendo de entre las manos.

Y para muestra de su rijosidad, tenemos su renovado ataque contra los malos… contra los tecnócratas (los que en su momento no lo dejaron brillar en el firmamento político nacional en la década de los ochentas y los noventas).

En la mañanera del viernes 15 de octubre, el Presidente afirmó que en el periodo neoliberal las empresas engañaron con las energías limpias para poder hacer negocios sucios. 
“Y otra cuestión que contempla la iniciativa (energética) que envié es la transición energética, en efecto, el que se vayan utilizando cada vez más energías limpias, no contaminantes y que garanticemos esa transición de manera ordenada, pero no como un parapeto para beneficiar a hombres de negocios para llamarlos amablemente, que en realidad son delincuentes de cuello blanco saqueadores, que engañaron con lo de las energías limpias para hacer negocios sucios”, dijo a rajatabla el tabasqueño.

Y a manera de empezarle a cambiar el discurso a favor del cambio climatico, el dueño de la franquicia morenista señaló que su Gobierno apostará por la producción de energías limpias a través de hidroeléctricas y aerogeneradores.

“Vamos a tener un parque para producir energía eólica, con el viento, en el Istmo. Y se abandonó, solo para mencionar un caso, a las hidroeléctricas, se abandonó por completo a las hidroeléctricas. Es más, no se contemplaron como energía limpia, imagínense eso, que la energía producida del agua no es limpia.
“La iniciativa es para que se contemple la energía de las hidroeléctricas como limpias. Y que tengan posibilidad de generar más energía, y estamos invirtiendo para modernizar 14 hidroeléctricas, cambiando turbinas y producir el doble”, presumió. 

Sin embargo, en el discurso no se menciona que tales proyectos se abrirán a la inversión privada.

En Puerto Peñasco, abundó López Obrador, se tiene proyectada la colocación de páneles solares en 2 mil hectáreas; para el mediano plazo podrían ser 3 mil hectáreas.

Lo que no se aclara al respecto es que la empresa fotovoltáica de Peñasco será 100 por ciento pública; la IP tiene ahí las puertas cerradas así como también en otros proyectos de producción de energía.

Ante este tipo de cerrazones y la distancia que guarda la 4T con el empresariado, las expectativas económicas siguen obscuras por la constante desconfianza.

jvillegas@correorevista.com

Twitter: @JvillegasJavier

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