AMLO anti-empresarial y ahora anti-naciones

Por Javier Villegas Orpinela.-La situación económica de México sigue de cabeza y pinta para deteriorarse aún más, sin embargo el Presidente López Obrador suma a su cuenta a más adversarios.
En la penúltima semana de julio el mandatario se burló abiertamente de la disputa comecial que se avecina con Estados Unidos y Canadá a propósito de las políticas energéticas a las cuales les ha metido.
Por tales travesuras México podría recibir como castigo entre 10 mil millones y 30 mil millones de dólares en aranceles, de perder la disputa comercial con sus dos socios del norte.
Este pronóstico lo hacen dos exfuncionarios mexicanos que negociaron el nuevo tratado de libre comercio de Norteamérica bajo el cual se está presentando la disputa.
Funcionarios estadounidenses ya han citado pérdidas multimillonarias en ese rango, mientras que BloombergNEF calcula que por lo menos más de 22 mil millones de dólares en inversión privada están en riesgo.
Los dos socios comerciales de México solicitaron consultas de resolución de disputas en virtud del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), argumentando que el Gobierno mexicano viola el pacto con sus medidas para priorizar la energía de Pemex y la CFE sobre las empresas privadas de energías renovables.
Estados Unidos y Canadá apuntan que las políticas de AMLO han llevado a la denegación y revocación de la capacidad de las empresas de esos países para operar en el sector energético mexicano.
De no llegarse a una resolución y México pierde la disputa, en el verano del 2023, Estados Unidos y Canadá podrían imponer aranceles equivalentes a las pérdidas que han enfrentado sus empresas.
Kenneth Smith Ramos, quien fue el principal negociador del T-MEC por México hasta 2019, reconoce que las disputas en curso parecen muy difíciles de resolver durante el periodo de consulta, porque las violaciones son muy precisas y específicas.
El ex Secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, quien bajo ese cargo también fue parte del equipo que negoció el T-MEC y ahora es legislador opositor, coincidió con Smith Ramos.
Para el economista de la UANL, la disputa podría tener un amplio impacto más allá del sector energético de México, afectando a fabricantes de automóviles y agricultores.
En última instancia, la batalla podría dañar el atractivo de México y Norteamérica para los inversionistas justo al tiempo que se espera que la región experimente un auge en el comercio en estos tiempos de relocalizaciones luego de la postpandemia.
Según las reglas del T-MEC, dicha solicitud (de EU y Canadá) daría a México hasta 30 días para aceptar programar consultas. Si después de 75 días no se llega a un acuerdo, Estados Unidos y también Canadá podrían solicitar que un panel formal escuche los argumentos de las naciones implicadas.
El problema que se avecina para México es de grandes proporciones económicas, pero el AMLO pareciera que no le ha tomado el pulso.
Sea lo que sea, no se descarta que el tabasqueño busque sacarle raja política a esta nueva coyuntura que él ha empezado a calificar de ataque a la soberania del País.
Victimizarse es su especialidad, pero esta vez “el tiro le puede salir por la culata”.

jvillegas@correorevista.com
Twitter: @JvillegasJavier

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