Así, los tres niveles de Gobierno

Por Ramón Pacheco Aguilar.-Estoy seguro que al igual que un servidor, muchos de los ciudadanos de este estado, sonorenses o no, empezamos a cansarnos y a aburrirnos, con pena y desagrado, por lo que pasa tanto a nivel nacional, como en Sonora e incluso en nuestro municipio de Hermosillo.

Los tres niveles de gobierno, como suele mencionarse en la prensa, son todos componentes de un surrealismo escénico, conductual y operativo que peligra con tomar por asalto nuestra vida, misma que se decanta cotidianamente a través de las redes sociales sin darnos oportunidad de saber con certidumbre, al menos meridiana, que es lo real y que lo ficticio.

Todo inicia, muy temprano, con el “show” de la mañanera. Espectáculo, por cierto, muy caro, de mal gusto, colmado de morbo, de malas intenciones, de mentiras y del ego presidencial que se lanza a toda nuestra basta extensión territorial. Preparar el “ring” para cada mañana, es, sin duda, un ejercicio meritorio, no necesariamente un ejercicio y esfuerzo intelectual pero sí mercadológico, que le reditúa a López aplausos de sus incondicionales.

Su actuación matinal lo sigue manteniendo en el podio de la popularidad, asunto que no me puedo explicar y qué si me lo explico, no lo acepto. La oposición, mientras tanto, muerde el anzuelo y baila al ritmo que desde el Zócalo le escogen, mas no necesariamente con su mejor ritmo.

A nivel sonorense, después del pacto de “marras” de no agresión, con el cual se traicionó la confianza depositada en el Doctor por un grupo de ilusionados votantes desconocedores de la historia reciente de su candidato, incrementó aún más las reducidas expectativas de muchos otros/as entre los cuales me incluyo, que no fuimos sus votantes.

Ser un buen orador, aun desconociendo cuales son todas las etnias sonorenses, no tiene implicaciones prácticas en la vida diaria como lo podemos ver en lo relacionado con la inseguridad estatal que campea a lo largo y ancho de nuestros casi 200,000 km2. Reuniones ubicuas en todo el estado con resultados anodinos, pues los números y futuras estadísticas se incrementarán significativamente.

¿Qué pasará con los Yaquis y sus retenes, con el litio (Li), con Cananea, con los “ecos” de la estafa maestra, con el Hospital General, con la cuasi-representante consular en Barcelona y su deuda estatal? Solo el Zócalo lo sabe, pero si no lo sabe, de todos modos desde allá se ordena, por algo es la residencia de la presidencia.

De lo que pasa en el Municipio, nos enteramos en “twiter”. Inexplicablemente, el señor Presidente municipal ha brillado por su ausencia en las últimas semanas.  Hoy lo ví (en twiter para variar), pala en mano, como queriendo tapar unos baches. Ojalá se diera la vuelta por las calles Belice y Guatemala para que sepa realmente que es una calle completamente horadada; o por la avenida principal de Kino Nuevo y algunas de sus calles aledañas donde próximamente se va a necesitar vehículos “todo terreno” para poder transitarlas.

Nuestra ciudad de Hermosillo, si bien una ciudad bella, sigue siendo una ciudad sucia, con problemas en el transporte urbano y su flujo vehicular, con trabajadores jubilados y pensionados que tienen que tomar el mismísimo Palacio Municipal para que se les escuche en su lucha por respeto a sus derechos laborales adquiridos.

En fin, así los tres niveles de gobierno y su desempeño con el que tenemos que lidiar día a día. El imaginario Mundo Feliz (no el de Aldous Huxley, por supuesto) que todo/as quisiésemos, casi en la posibilidad de convertirse en una distopía.

Saludos y mis mejores deseos para este icónico segundo mes del año.

Compartir