Por Enrique Zavala Urquides.– Esta simple formula es la solución para la Seguridad pública, así mismo para poner orden en las cárceles y administrar el riesgo de la delincuencia, también en la población abierta que vive en libertad, hoy me referiré al riesgo en las cárceles, ese es el reto.
Hace años me preguntaron el por qué me dedico a la reinserción social, contesté primero porque soy físico matemático y esto requiere de aplicar de forma efectiva esta fórmula, en segundo lugar, porque soy también administrador y aquí hablamos de administración del riesgo, tarea nada fácil porque demanda lo siguiente.
Contención del riesgo
Los riesgos en seguridad pública no desaparecen, pero sí se pueden y deben contener, por ejemplo, en las cárceles esa contención dependerá de los perímetros, de la infraestructura, del estado de fuerza, de seguridad penitenciaria, el número de custodios, en corto su preparación e integridad para desarrollar su trabajo de forma efectiva.
Obvio aquí hablamos también de inteligencia penitenciaria para prevenir y contener el delito y criminalidad en reclusión, para romper los autogobiernos, para erradicar la corrupción, así como graves vicios de introducción de drogas, venta de privilegios y múltiples actividades ilícitas que hacen de las cárceles una perniciosa caja chica para las autoridades penitenciarias y “los de arriba”…. Los que perdieron la elección en Sonora y que para fortuna de los sonorenses “ya se van».
Reducción del riesgo
Trabajar en la reducción del riesgo en las cárceles es misión de la reinserción social, es lo que mandata la Ley Nacional de Ejecución Penal y que en Sonora es una tarea de Gobierno pendiente, olvidada y sustituida por el abandono del sistema penitenciario, de forma cruel e irresponsable, plagada de corrupción y abusos, digna de un castigo ejemplar para los involucrados (as).
El implementar un modelo integral de reducción del riesgo y un catálogo de servicios en beneficio de las internas e internos (PPL), es un lastimoso pasivo de justicia social para el nuevo Gobierno que encabezara Alfonso Durazo, para transformar los Ceresos, mejorar la infraestructura penitenciaria, capacitación, tecnología, equipamiento, etcétera que transformen las conductas y las vidas de miles de internos y sus familias.
Conclusión
Debemos entender que la contención del riesgo es vital, que sin una efectiva contención (seguridad penitenciaria) es imposible pensar en la reinserción social, pasa lo mismo en población abierta, en la ciudadanía, si no se contiene al crimen organizado y la violencia (seguridad pública) es imposible pensar en prevención, en este caso en prevención terciaria, tan necesaria para salvar vidas y reducir las víctimas del delito.
La reinserción social llevara su tiempo, por ello hay que empezar ya, las condiciones del sistema penitenciario de Sonora son lamentables, no solo se requerirán recursos económicos, sino un equipo humano y directivo capaz e integro, literalmente “a prueba de balas”, para no ser cooptado por la corrupción y los autogobierno, ¡de ese tamaño es la bronca!, ¡Ni más, ni menos!
«La cárcel es el infierno, el carcelero es el diablo, los jueces los que condenan y, ellos los condenados«
Melchor de Palau