De la eficiencia, la innovación y el valor

Por Ramón Pacheco Aguilar.-Un objetivo de la era actual es la innovación, entendida esta como el desarrollo de procesos y procedimientos creativos y de generación de valor que se anticipen a necesidades futuras y transformen la realidad actual con beneficios atractivos, colectivos, y casi por definición, rentables social y económicamente. La innovación no es un proceso que genere conocimiento sino el proceso mediante el cual el conocimiento genera valor. Entonces, innovación y valor son conceptos inseparables, hechos el uno para el otro.
La falta de innovación en una persona, institución, empresa, o país, deriva de una actitud, de una filosofía o ideología, que no cree del todo en el cambio; incluso, que se opone al cambio independientemente de que su estrategia, estructura o enfoque de liderazgo estén centrados en la eficiencia. Ya no basta ser eficiente, ahora hay que ser innovador. Con la eficiencia mantenemos el estado actual de las cosas; con la innovación generamos un nuevo estado, por supuesto mejor y más avanzado que requerirá siempre de una mejora continua.
La innovación requiere e implica un nuevo lenguaje, nuevas reglas; mayor motivación que deriva de un mayor conocimiento, de una mejor cultura, de una mayor sensibilidad. La innovación debe, como mencioné anteriormente, derivar en beneficios e impactos colectivos. Es la fuerza motriz del siglo XXI que se nutre de la educación, de la ciencia y de la tecnología, pero sobre todo de la creatividad, de la motivación y de la ruptura de los paradigmas tradicionales.
¿Qué tan innovadores estamos siendo en Sonora? ¿Cuáles serían los indicadores precisos y fácilmente identificables de innovación estatal? ¿Cuáles los productos, los resultados y los impactos esperados? ¿Cuál la métrica adecuada para evaluar sus avances? La disminución de la pobreza, ahora con su enfoque de medición multidimensional bien podría ser uno de ellos. Otros, el incremento del Producto Interno Bruto Estatal (PIBE); apoyar decididamente a la ciencia sonorense; una ciudad segura y amigable; más y mejores empleos en especial para los/as jóvenes egresados de nuestras universidades e instituciones de enseñanza técnica superior, por mencionar unos cuantos.
La innovación nos conducirá a ser más atractivos y competitivos en nuestras respectivas áreas de experiencia, pero ello no se logra por decreto. Ser innovador implica ser vanguardia, estar un paso enfrente del común denominador, generar nuevas herramientas y sistemas de trabajo, tener visión de futuro, aprovechar al máximo las capacidades y habilidades de nuestros/as jóvenes y desarrollar adecuadamente sus potencialidades, ampliar y diversificar nuestra oferta (cualquiera que esta sea) y como resultado de ello, contribuir eficaz y eficientemente al desarrollo de nuestra comunidad, de nuestra región y de nuestro País. Entonces, ¿somos un Sonora innovador? No estoy seguro de la respuesta. ¿Lo estarán nuestras autoridades de gobierno? Hummm.

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