De las campañas electorales y los olvidados

Por Ramón Pacheco.- Indignante conocer las cifras millonarias que se “consumen” en lo que conocemos como las campañas electorales, pues lo único que aportan son vergüenzas ajenas y la confirmación de que todo seguirá siendo igual, porque todo sigue haciéndose de la misma manera, de la misma forma.

Entonces, como dijo Alberto, así no podemos aspirar a tener “algo” diferente. ¿Verdad?

Tenemos varias semanas oyendo, pero también escuchando, las muchas ocurrencias y sinsentidos de las falsas promesas de los/a contrincantes por la gubernatura de Sonora.

En estos días se sumarán al despilfarro las campañas por las presidencias municipales, engrosando, sin miramiento y sin consideración alguna, las cifras del gasto. Inútil es el hablar de inversión cuando la mentira, la farsa y la incertidumbre son plenas.

Los rostros sonrientes de candidatos/as contrastan con los de dolor, sufrimiento y desesperanza de tantos conciudadanos, niños y niñas, en condición de calle en nuestra ciudad. 

Guareciéndose del clima y con sus estómagos solo repletos de hambre, sobreviven debajo de puentes o construcciones abandonadas a la vista de la “gente de bien” que espera, día con día, la nueva ingeniosidad de su candidato/a.

¿Cuántos testimonios sin escucha constituyen la vida de estos/as “olvidados”, acosados por el desaliño del hambre y la violencia manifiesta en el disimulo de los que aspiran al poder? ¿Cuánto más podrán resistir con esta lejanía de atención y desigualdad entre supuestos iguales? Sí, iguales desiguales viviendo en la misma ciudad, pero entornos diferentes, en realidades opuestas; aun así, con las mismas necesidades básicas y con los mismos derechos inalienables. 

Quisiera decir también que con las mismas obligaciones, pero sería injusto.

La indigencia y el trabajo infantil las encontramos en cada esquina, en cada parque, en cada plaza comercial; pareciera no importarnos, pareciera no importarles. Presencia y omisión, paradoja insoslayable siempre presente.

Por ello me pregunto: ¿Cuánto necesitamos de las campañas si nunca o casi nunca han cambiado algo? ¿Cuánto se podría hacer con esas exorbitantes cifras con las cuales solo se incita la megalomanía de los/as políticos que creen saber y sentir todo. 

A la fecha, no me ha tocado escuchar el más mínimo comentario de los contrincantes para desaparecer o al menos aminorar la desventura de los “olvidados”. 

Casa, trabajo, alimentación, salud para todos; tan solo, brindar igualdad de oportunidades.

Estas debiesen ser las promesas y compromisos básicos de un buen candidato/a. Será mucho pedirles.

La historia se repite nuevamente violando los tiempos que no pueden seguir perdiéndose, engrosando tan solo el anecdotario.

La confianza del potencial votante se desvanece mientras que la conciencia del candidato se disipa sin posibilidad de recuperación.

Mientras unos sufren en el desamparo absoluto, otros ríen aprovechando las redes sociales y los medios de comunicación modelando con desfiguro sus atuendos que “supuestamente” les dan identidad sonorense. 

Y solo para terminar por hoy, repaso aquello que escribiera León Felipe: “Yo no sé muchas cosas es verdad, digo tan solo lo que he visto”.

(rpacheco@ciad.mx / @rpacheco54)

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