Debates debatibles, necesidades y querencias

Por Ramón Pacheco Aguilar.- Estamos próximos al 6/6. En lo personal imploro que llegue tan ansiado día, pues este periodo de campañas electorales me tiene cansado y aburrido; tal vez, pero solo tal vez, preocupado.

Preferible sería el decir que las sesudas propuestas de campaña me tienen confundido, pero no llegan a tanto. Sus contenidos, las de todas y todos, las hemos escuchado tantas veces que hasta podríamos adivinar cuál sería la siguiente frase u oración en las mismas.  

Si bien “los debates” cumplen meridianamente con la definición del término según la RAE, lejos están de serlo realmente. Han sido tan solo el escaparate para la ofensa, la burla y el insulto; algunos/as “suspirantes” han sido elegantes en sus modos y sus formas; pero otros/as, burdos y hasta corrientes, como siempre lo han sido. 

Cosas de la democracia y de la libertad de expresión; mientras, los ciudadanos seguiremos “pagando el pato” de tales desvaríos. Y todavía faltan dos semanas de sorpresas, imposibles e increíbles, falsas, absurdas e inalcanzables, vayamos a saber que más.

Cada partido/candidato cuenta con su voto duro, el enajenado, pero insuficiente para el triunfo. Otros votos serán los razonados, los analíticos, los de valor, pero también insuficientes. 

Serán los indecisos al día de hoy, los que harán la diferencia y conducirán al triunfo. ¿Y quién triunfará en esta contienda de dos? Aún con el acontecimiento de la trasmutación partidaria de la última semana considero que la moneda está en el aire.

La inercia del zócalo continúa con fuerza. Pero, ¿le será suficiente al candidato ungido por el centro? Digo, porque es bien conocido y aceptado que sus méritos propios le son insuficientes. 

Con cada elección, en cada elección libre, la democracia gana, sale fortalecida. Con ello ganamos todos. Pero seamos “enteramente” demócratas, porque solo la democracia participativa hace a los países fuertes. 

Después del seis, los ganadores deberán pasar de su oferta fácil y meramente enunciativa, a dar respuesta a la demanda popular a la inseguridad, al desempleo, a la salud, a la educación, a todas sus necesidades, pero también a sus querencias. 

Cada vez son más mexicanos/as sin capacidad de “controlar” sus volátiles necesidades. ¿Y sus querencias? Seguramente nunca las verán y menos las vivirán. Podría asegurar que éste será el escenario estatal gane quien gane. Doy oportunidad a una anhelada equivocación. Ojalá la responsabilidad, la eficiencia, la iniciativa y la inclusión sean los componentes sobresalientes del programa de trabajo de los suspirantes ganadores. Siendo así, ganaremos todos. 

Para ello, es necesario que digamos NO a la confrontación entre mexicanos que emana del zócalo. Así no se gobierna un País que presume, incluso, de su democracia incompleta, pero en el camino de completarse.  

Antes de concluir por hoy, me pregunto si en estas dos semanas restantes, antes de encontrarnos como ciudadanos en la “soledad” de la casilla, los candidatos/as tendrán al menos unos segundos para pensar en que la ciencia sonorense existe y que también tiene sus necesidades y sus querencias.  Veremos.

 (rpacheco@ciad.mx / @rpacheco54)

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