Por Guadalupe Ruiz Durazo.-Frances Jensen es neuróloga, presidenta del departamento de Neurología de la Universidad de Pensilvania y profesora de la Escuela de Medicina de Harvard, es una de las voces más reconocidas a nivel internacional por sus estudios sobre el cerebro adolescente.
Jensen sostiene que los adolescentes tienen muchas más sinapsis que los adultos, lo que significa que aprenden más rápido, es una etapa privilegiada para el desarrollo. Hoy se sabe que en la adolescencia se puede cambiar el coeficiente intelectual. Hay estudios que demuestran que más o menos un tercio de la gente se queda como está, en un tercio disminuye y en un tercio aumenta durante esta etapa.
Todas esas conexiones que permiten que las neuronas se comuniquen entre sí se hacen durante las primeras dos o tres décadas de vida, por lo que la Dra. Jensen sostiene, literalmente, que el cerebro tarda casi 30 años en estar terminado.
El asunto es que, así como los adolescentes aprenden muy rápido, también pueden volverse adictos más rápido que los adultos. Resulta que la adicción no es más que una forma de aprendizaje que está en el circuito de las recompensas, así que son más vulnerables a tener una adicción peor y más rápidamente.
Durante la adolescencia las regiones límbicas (emocionales) se encuentran cerca de la madurez, mientras que las regiones prefrontales todavía se están desarrollando hasta más o menos los 24 años dice el Dr. Andrew Garner.
En ese periodo el cerebro de los adolescentes está compitiendo entre lo que quieren hacer porque les produce satisfacción inmediata y lo que deben hacer, aunque implique una demora de la gratificación señala Begoña Ibarrola.
El tema cobra aún más relevancia en México dada la reciente resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que ha determinado inconstitucional la prohibición al consumo lúdico de la mariguana, considerándolo una “restricción desproporcionada al derecho al libre desarrollo de la personalidad de los consumidores”.
La SCJN indica que el autoconsumo de mariguana no deberá realizarse frente a menores de edad, pero los adolescentes son listos y sabrán como conseguirla porque estará en su entorno, tal como sucede con el alcohol.
Un estudio de Michigan sobre la gente joven de Estados Unidos, publicado hace unos años por el Centro de Investigación Pew, sobre el consumo de cannabis (mariguana), determinó que actúa suprimiendo la actividad de las sinapsis y por ello tiene cierto efecto sedante. Debido a que hay más sinapsis en el cerebro adolescente esta permanece más tiempo en su cerebro que en la sangre.
Jensen señala que se cree que afecta la capacidad del cerebro para continuar su desarrollo normal y que hay estudios que afirman que afecta la conexión entre le lóbulo frontal y las demás partes del cerebro. Las resonancias magnéticas funcionales de los cerebros de fumadores de cannabis muestran que las zonas inhibidoras frontales y pre-frontales están afectadas.
Además, considera que los jóvenes deben de saber cómo el consumo de alcohol, la nicotina, la mariguana pueden afectar el desarrollo de su cerebro. Ninguna generación de adolescentes en la historia de la humanidad ha tenido acceso a esta información hasta ahora.
Insiste en que es importante que ellos sepan lo que ocurre en su cerebro y dice reiteradamente a los adolescentes “Cuida tu cerebro ahora y él cuidará de ti después”.