Por Javier Villegas Orpinela.-El auge de los autos eléctricos ha generado un aumento constante en la demanda del litio a la par que la oferta sube lentamente, por ello el “oro blanco” es considerado el mineral del futuro.
Pero, a decir de los expertos, México podría estar peleando por un segmento de la cadena de valor equivocado: el Gobierno se ha centrado en controlar en el futuro la explotación del litio, con la creación de la estatal LitioMx, pero la clave para hacer rentable el auge del mineral podría estar en la producción de baterías.
La explotación de litio se vislumbra difícil en México, dado que está “en chino” que el País desarrolle una capacidad enorme sobre la producción de carbonato de litio, además de que “la nacionalización morenista” es una barrera.
México aún no tiene plantas de fabricación de baterías, pero en un escenario prospectivo, que toma como base la ubicación del País y los precios de manufactura, el País está en la posición número 27 de 30 en competitividad como productor de baterías de litio.
Por si fuera poco, hay dos puntos que podrían quitar competitividad al País: una baja constante en la inversión de generación renovable –que se ha visto pausada tras la cancelación de las subastas al inicio del sexenio– y la visión política que prevalece sobre el futuro de la industria.
La administración del Presidente López Obrador ha cambiado respecto a la inversión en la cadena de valor del litio: ha pasado de una cerrazón total a abrir la posibilidad de que la estatal LitioMx se asocie con compañías privadas, aunque no ha dado más detalles al respecto.
Los expertos han identificado que la forma en que aparece el litio en el suelo mexicano como uno de los mayores obstáculos en su explotación. El metal se encuentra en arcilla, una especie de arena. El proceso, han dicho los analistas, es más costoso que en otros países, en donde el metal está en roca o en salares.
El Gobierno federal ha depositado en el Plan Sonora, un proyecto que prevé conjuntar en el norte del País la generación de energía solar y la fabricación de baterías.
Pero la parte política podría sofocar el desarrollo.
Los analistas coinciden en que el País podría tardar en desarrollar la industria y entonces lograr la extracción del metal una vez que los precios ya estén muy por debajo de los índices actuales.
Por ahora los costos en México tienen grandes ventajas: se ha calculado que la producción de las baterías podrían tener un costo hasta 37 por ciento menor que el que podría tener el proceso en Estados Unidos.
Los más grandes ahorros de México están relacionados con los costos laborales y de manufactura, que incluyen electricidad y agua.
México podría beneficiarse de un acercamiento a medida que las cadenas de suministro cambien entre EU-México-Canadá. El acuerdo de libre comercio favorece la producción local para satisfacer la creciente demanda regional de vehículos eléctricos.
Sin embargo, los “aires de control” del Gobierno mexicano y los precios a la baja del litio, hacen pronosticar que el “oro blanco” no es la panacea.
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