Por Javier Villegas Orpinela.-La inversión financiera de talla mundial, la que constantemente está a la caza de las mejores tasas de interés, es la que tiene “en la cúspide” al peso mexicano en estos primeros días del año.
Al cierre de la segunda semana de este 2023, la moneda nacional registró su mejor desempeño de los últimos meses frente al dólar estadounidense. Por lo mismo se habla de un “súper peso”, pero esta fortaleza se la debe más a Estados Unidos que al Gobierno de López Obrador.
Como bien se sabe, la economía más grande del planeta, que es la estadounidense, se encamina a una recesión y los incrementos que ha hecho la Reserva Federal a la tasa de interés para combatir la inflación han debilitado al dólar, no solo frente al peso, sino frente a otras monedas emergentes.
Debe reconocerse que un punto a favor del Gobierno mexicano, porque sí ha ayudado a la moneda, es su disciplina fiscal. Sin embargo, las condiciones macroeconómicas en Norteamérica hacen augurar solo unos meses de fiesta para la divisa nacional.
Estimaciones de Bank of America Securities arrojan que al cierre de este 2023, el tipo de cambio pesos por dólar cerrará en 20.80.
Mientras tanto, el peso se mantendrá fuerte porque la tasa de interés en México está 600 puntos arriba a la de Estados Unidos.
En la actual coyuntura México es el País con grado de inversión, con el diferencial más grande (respecto) a la Fed, es decir, somos la nación que pagamos la más alta tasa.
Otro factor que ayuda a México es que el Riesgo País es de los menores respecto a las demás economías de la región.
Una de las ventajas de un peso fuerte o un dólar débil es que las importaciones de productos son más baratas para el empresario mexicano y aunque esto podría ser una buena noticia para el consumidor final, el beneficio en realidad es marginal.
¿Qué papel juegan las remesas en la fortaleza del peso?
Tienen un juego muy importante porque en la medida que lleguen más dólares a México, el tipo de cambio respecto a la divisa estadounidense se aprecia a favor de la moneda nacional.
Entonces, si las remesas se mantienen en niveles récord como el año pasado, el “súper peso” seguirá vigente.
Pero no todo es miel sobre hojuelas ya que las expectativas apuntan a que el flujo de remesas hacia el País tenderá a la baja este 2023, debido a la menor actividad económica en Estados Unidos que orillará a un menor empleo. La recesión terminará haciendo de las suyas en el territorio del “Tío Sam”.
En este sentido la oferta de dólares retrocederá y ello incidirá en un mayor precio del billete verde en México; luego entonces, el peso se depreciará.
Esta situación podría amortiguarse en el caso de que la relocalización de empresas se empiece a concretar en el País a una velocidad inusitada.
El nearshoring “hará milagros” en la economía mexicana (y en el peso), siempre y cuando el Presidente López Obrador se decida de una vez por todas a hacer las pases con el sector privado.
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