Por Javier Villegas Orpinela.-Como las inversiones en México se han mantenido de “bajo perfil”, la economía nacional se mantiene de capa caída, el desempleo crece y las perspectivas no son tan halagueñas como anticipan algunos departamentos de análisis económico.
Este desencanto en la actividad productiva mexicana obedece a que en la actual Administración federal existe una falta de planeación con visión de largo plazo, lo cual inhibe la inversión y el desarrollo económico.
Lo de la planeación es un tema del cual se adolece desde hace mucho tiempo en el País.
Sin embargo, cabe recordar que al inicio de cada administración federal se anuncian planes sectoriales adicionales al Plan Nacional de Desarrollo, lo cual no ocurrió en el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
Hasta la fecha se han tenido cuatro anuncios que se hicieron a lo largo del 2019 y 2020, en donde se vió una mutación en la cartera de proyectos.
Muchos venían en camino, en particular en la Secretaría de Comunicaciones y Transportes; carreteras que tienen que ver con impactos favorables en la macroeconomía.
De ahí a importancia de que los planes en México no sean sexenales, sino de al menos 20 o 30 años, y actualmente México no cuenta con uno con esa característica.
A principios de año, el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) proponía 147 proyectos.
El último anuncio por parte del Presidente de la República concentró todo esto en 68 proyectos, de los cuales algunos ya están en proceso.
Empero, el Tren México-Querétaro, que se propuso retomar en esta Administración federal, no ha avanzado.
Por todas estas señales y la persistente división que se practica en el País, los inversionistas se mantienen en la zona de la incertidumbre.
Ciertamente las elecciones intermedias atoraron el flujo de recursos durante gran parte de este 2021, pero la verdad es que el freno sigue aplicado desde octubre del 2018, desde las vísperas de la sonada cancelación del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.
El desánimo entre los hombres de negocios no cede y antes que inyectar recursos en México, aseguran su circulante de corto plazo, en el extranjero.
El caso es que para mantener el valor de su dinero, el año pasado los mexicanos incrementaron en 5 mil 733 millones de dólares sus depósitos bancarios en instituciones foráneas.
De acuerdo con información del Banco de Pagos Internacionales (BIS), a finales del 2018 los depósitos bancarios de mexicanos en el exterior reportaban 124 mil millones de dólares, pero al cerrar 2020 la cifra sumó 137 mil millones, un alza de 10 por ciento.
Esta cifra es 7.4 veces mayor a los depósitos de los argentinos, quienes se caracterizan por resguardar su dinero en dólares ante las constantes depreciaciones que padecen.
Además, del total de recursos de ciudadanos latinoamericanos, el de los mexicanos representa el 23 por ciento, sólo superados por los brasileños, que tienen 239 mil millones de dólares en el exterior.
Por lo que se alcanza a ver, las inversiones en México continuarán deprimidas al igual que la economía nacional. El apretón de cinturones sigue vigente aunque se diga lo contrario en Palacio Nacional.
Twitter: @JvillegasJavier