La responsabilidad del Congreso y el Gobernador

Por Ramón Pacheco Aguilar.-La primera responsabilidad, obligación y deber del Congreso del Estado es, como poder legislativo, ser el represente social y ser independiente del poder ejecutivo; en corto, ser autónomo y soberano respecto del gobernador en turno. En estos días estamos viviendo un evento toral para todo Sonora donde este esperado. y deseado comportamiento legislativo está ausente en este reducto de poder político, tomado como un todo. Las excepciones dentro son contadas pues en la mayoría de sus integrantes impera la genuflexión ante el otro poder.
La Universidad de Sonora, nuestra Alma Mater, independientemente de su extraordinario desempeño bajo su Ley Orgánica No. 4 (Ley 4) está viviendo un intento que trastoca toda su vida interna, tanto académica como administrativa y organizativa, que sin duda tendrá grandes repercusiones no necesariamente positivas para ella. Me pregunto, ¿quién se hará responsable de ello? ¿A quienes juzgara la historia? Así, en plural.
Preguntémonos, ¿ha sido tan mala la Ley 4 para la Universidad de Sonora que impera la necesidad, no de reformarla sino de desaparecerla de tajo? Esa postura de los revisionistas de moda es incorrecta e irresponsable, El reconocimiento de los múltiples logros universitarios de los últimos 31 años no aparece por ningún lado dentro del discurso, que no análisis, de los frívolos críticos internos y externos carentes de autoridad toda.
La Universidad de Sonora no tiene problema alguno actualmente que derive de su ley. ¿Quién se atrevería a decir lo contrario y comprobarlo? Hagamos el balance, una especie de estudio actuarial para cuantificar sus logros y gestionar sus posibles riesgos y que de ello emanen las adecuaciones necesarias. Se habla de falta de democracia, pero me pregunto que tipo de democracia queremos para nuestra universidad. ¿Aquella que deriva de levantar la mano doctrinalmente o aquella que deriva de la facultad, de la autoridad, de la potestad? No se vale echar a perder todo lo logrado queriendo volver a jugar a la política dentro del campus universitario.
Diputados y gobernador, les digo que se están metiendo en un campo en el que no les corresponde jugar ni mucho menos ordenar. Desconocen el juego y sus reglas. Creerán equivocadamente que tienen la pelota, pero no. La pelota no es de ustedes, es de la comunidad universitaria y es ella la que debe, basada en un análisis metódico, amplio y reposado, científico y comprobable, demostrar que cambios o reformas requiere la Ley 4 y plantear una nueva hipótesis nula, abusando del término estadístico, que lleve al establecimiento de una meta universitaria aún superior a la actual.
Sí la Universidad de Sonora, como toda universidad publica en este país, tiene un problema mayor que repercute en toda su vida interna, en la irritación de su personal docente y administrativo y en el descontento, desilusión y desesperación de su alumnado no es la falta de democracia, es su presupuesto insuficiente para cumplir mejor con las encomiendas de su Misión y Visión institucionales.
Si Ustedes, legisladores y gobernador, quieren hacer lo que les corresponde por nuestra universidad, incrementen su presupuesto y dejen a los universitarios en paz.

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