Mi reflexión navideña 2021

Por Ramón Pacheco Aguilar.- Un año que se va colmado de reflexiones, de sorpresas, de tristezas inesperadas, de lágrimas que no encontraron el final en nuestro rostro; pero también, un año de sonrisas tristes, de abrazos fraternos, de melancolías y nostalgias por aquellos tiempos de recuerdos felices; un año con las alegrías del reencuentro tan querido y de nuestros deseos por que la pandemia, finalmente, sea tan solo un recuerdo.

Con todo ello, la Navidad llegó, con su Paz, con nuestra aceptación de todo, con nuestro auto-perdón y consentimiento por haber sido así, así como fuimos. Con su mensaje de bondad habrá de encontrarnos más fuertes, más sabios y más buenos, porque para ello fuimos creados y porque solo así habrán valido la pena estos casi dos años de soledades compartidas, insospechadas. Experiencias que se han convertido en un antes y un después. Una nueva métrica de vida.

Entonces, en este nuevo universo de diferencias, vivamos, compartamos y disfrutemos la Navidad como siempre lo hemos hecho, tal vez con algunas adecuaciones, honrando a los que ya no están y agradeciendo a Dios por todos/as nosotros y por nuestra continuidad.

En este año especial las experiencias de vida de familiares y amigos nos habrán de sorprender. Muchas de ellas invadirán nuestra mesa familiar esta Noche Buena dando ocasión a que lo sentimientos fluyan e intenten apoderarse, con razón, del ambiente de cercanía, identidad y amor al que fuimos convocados, como cada año, por la Navidad.

Si vivir es cosa buena, dar Gracias a Dios es aún mejor. Pero no esperemos la Navidad para ser agradecidos. Mientras más tengamos que agradecer, más estaremos cumpliendo con nuestra función en esta vida. Miremos a nuestro alrededor y reencontremos esos rostros que pasaron desapercibidos por nuestras prisas, prestezas, temores y aprensiones, ocultando la necesidad de un te quiero, un te necesito o un te ayudo, como si fuese otro lenguaje, otro idioma. Tal vez, solo en la Navidad nos damos cuenta que esos sentimientos necesitan emerger, expresarse, compartirse.

Pronto, si cada uno/a de nosotros hacemos lo que debiéremos, tomaremos nuevamente las calles y su presente con las enseñanzas y herramientas que en este año marcaron la vida y su historia. En esta Navidad, hablar de vida, de comunidad, de sociedad, de Amigos y de Familia, tendrá un especial significado, y un especial considerando. Habremos de atenderlo como siempre lo hemos hecho y aún mejor. Que fluyan los regalos que se ofrecen con el Alma, los sentimientos y los buenos deseos, y los poemas que llevamos dentro desde siempre y que hemos reservado para nosotros como únicos oyentes sin saber que un poema es nuestro más bello reflejo de nuestra Alma.

Pero no olvidemos, nunca olvidemos, que allá afuera, muy cerca, existe un mundo de carencias, otra realidad que lastima y lacera a muchos que necesitan como nosotros una buena vida y que siguen sin tenerla, sin ser escuchados; es más, sin ser vistos; más bien, ignorados. Pero no sintamos pena, sintamos mejor coraje por no haber desarrollado la capacidad de hacer de este mundo una mejor casa para todos, donde tengamos siempre lo que debíamos de tener.

Un abrazo y mis mejores deseos en esta Especial Navidad. Felicidades.

Compartir