Persistirá crisis de vivienda durante 2023

Por Javier Villegas Orpinela.- La inflación en los materiales, mayores tasas de interés, menos dinamismo en la construcción y hasta un menor ingreso en los hogares son los principales retos que enfrentará el sector vivienda en el 2023.
Ante los mayores costos para edificar vivienda, será el segmento de interés social el que menor rentabilidad permita, reduciendo el interés de los desarrolladores y los inventarios.
Así lo puntualiza la empresaria sonorense Aurora García de León, directora general de Derex Desarrollo Residencial y también los analistas especializados en el sector de la vivienda quienes también señalan que el año entrante los inventarios van a disminuir, no se van a iniciar muchos proyectos nuevos, menos en vivienda económica o social.
Los empresarios del sector estiman que el incremento en tasas de interés primero se reflejará en el financiamiento a constructores y posteriormente se encarecerán los créditos hipotecarios.
Pronósticos serios avizoran que la tasa promedio hipotecaria que se ubica ahora en 9.70 por ciento, rebasará en breve la barrera psicológica del 10 por ciento y se estacionará por un buen tiempo en la zona del doble dígito.
Empero, el mayor reto será el impacto de la inflación sobre el gasto de las familias, lo cual se traduce en un mayor gasto en consumo y menor disponibilidad para el ahorro como para comprar bienes durareros como los inmuebles.
Esta nueva realidad se presenta cuando la población está hasta cierto punto diezmada en lo económico luego de dos años enfrentado una inflación alcista en medio de un empleo a la baja lo que desemboca en menores niveles de ingresos.
Esto revela crecientes dificultades de la demanda, pero por el lado de la oferta la situación también está complicada.
La inflación para el sector construcción se estima en un rango entre 25 y 35 por ciento (promedio del 30 por ciento), con lo que se prevé una reducción en la oferta por menores riesgos que busquen tomar los desarrolladores.
Por si fuera poco, el incremento de la Unidad de Medida y Actualización (UMA) en línea con la inflación, también supondrá un reto para los financiamientos con saldos pendientes por ajustarse en pesos.
Luego entonces, el mayor costo de financiamiento reducirá la oferta disponible o causará que los desarrolladores apuesten por construir en segmentos de alta rentabilidad.
Las expectativas de un menor crecimiento económico por las altas probabilidades de una recesión, le pegan (para variar) de frente al sector de la construcción.
También le afecta el hecho de que se deprecie el peso frente al dólar.
De acuerdo con Moody’s Analitics la moneda mexicana tendrá una depreciación “inminente” del 20 por ciento a finales de este año o en 2023, pese a que el peso ha sido de las de mayor fortaleza ante el dólar.
En un reporte titulado “La depreciación que viene”, la calificadora estima una “corrección depreciatoria significativa en los próximos meses” a partir de un modelo que replica las condiciones monetarias y financieras de las últimas dos crisis globales: la del 2009 y 2020.
“El horno no está para bollos”, más sin embargo, las autoridades federales siguen jugando más a la política-electoral que a la economía.

jvillegas@correorevista.com
Twitter: @JvillegasJavier

Compartir