Por.- Joel Espejel Blanco.- La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) presentó en análisis “Enfoque: la pandemia oculta”, en el cual aborda los problemas de salud mental, las preocupaciones sobre el trabajo, las finanzas personales y el futuro de las personas tras la crisis sanitaria.
El estudio internacional pone de manifiesto los costos por salud mental ante el incremento significativo de los niveles de ansiedad y depresión en la población mundial, lo anterior causado por los confinamientos físicos-sociales, las muertes por Covid-19 y la crisis económica-laboral.
En cuanto a los niveles de ansiedad como porcentaje de la población en el periodo de marzo-abril de 2020 versus 2019 (pre-Covid-19), los países más afectados fueron: 1) México pasó del 15 al 50%; 2) Reino Unido de 19 a 39%; 3) Estados Unidos de 8.2 a 30.8%; 4) Corea del Sur permanece en 29.5%; 5) Francia de 13.5 a 26.7%; 6) Suecia de 14.7 a 24.2%; 7) Bélgica de 11 a 23%; 8) España continua en 21.6%; 9) Australia de 13 a 21%; y 10) Italia sigue en 20.8%.
En referencia a los niveles de depresión como porcentaje de la población en el periodo de marzo-abril de 2020 versus 2019 (pre-Covid-19), los países más afectados fueron: 1) México pasa del 3 al 27.6%; 2) Reino Unido de 9.7 a 19.2%; 3) Estados Unidos de 6.6 a 23.5%; 4) Corea del Sur permanece en 36.8%; 5) Francia de 10 a 19.9%; 6) Suecia de 10.8 a 30%; 7) Bélgica de 9.5 a 20%; 8) España continua en 18.7%; 9) Australia de 10.4 a 27.6%; y 10) Italia de 5.5 a 17.3%.
La OCDE recomienda a los gobiernos las siguientes medidas de acción: 1) Fomentar un enfoque integrado de la salud mental de toda la sociedad que involucre tanto al sector público como a los empleadores; 2) Adaptar las políticas de salud mental para apoyar a los niños y jóvenes; 3) Asegurar el acceso continuo a los servicios de salud mental existentes y agregar nuevos o derechos según sea necesario.
4) Crear conciencia sobre cómo el espacio laboral, incluido el trabajo a distancia, afecta la salud mental; 5) Promover la capacitación en bienestar emocional, psicológico y social para gerentes de línea y ejecutivos; y 5) Considerar aumentar el apoyo presupuestal para quienes buscan trabajo a través de los servicios públicos de empleo.
En conclusión, frente al proceso de recuperación laboral se deben poner atención en: 1) Reorientar el gasto público a los servicios de salud mental; 2) Diseñar políticas laborales que sean incluyentes ante los altos niveles de ansiedad y depresión de la población; 3) Promover programas de recuperación de empleos dignos, decentes y de calidad; y 4) Incluir en los planes educativos la salud integral para mejorar las perspectivas de los niños y jóvenes.
(jespejel@gmail.com/ @EspejelJoel)Economista y Profesor universitario y Presidente del Colegio de Economistas de Sonora, A.C.