Debe uno ser un sinvergüenza para poder vivir sin escrúpulos, para carecer completamente de ellos sin perturbación alguna.
Últimamente estamos viendo y viviendo en este ambiente liderado precisamente por los que deberían ser un legado y ejemplo de honorabilidad. ¿A quienes me refiero? Bien lo sabemos, a López y su movimiento militarista. Seis años de desperdicio, de retroceso, de atraso, de mentira, de represión silenciosa, de corrupción rampante, de nepotismo y amiguismo nunca antes visto, de hipocresía, de división y enfrentamientos inútiles y de un pseudoizquierdismo trasnochado que va no mas allá de un populismo tramposo y malintencionado.
Pero no es la mentira lo que me molesta finalmente, es el insulto a nuestra inteligencia lo que encuentro sumamente ofensivo. Se que muchas cosas están completamente fuera de mí, de nuestro control, como las palabras de López, las ideas de López, las consecuencias de las acciones de López, pero algo podremos y debemos hacer sin demora ahora que su “gemación” está a punto de comenzar su obra teatral.
Esta es mi última columna en la era de la ignominia lopezobradorista. No hay plazo que no se cumpla, se dice por ahí; se acabó finalmente. ¿Entonces, podremos festejar esta cronológica pero desventurada victoria? Definitivamente no. Parece que las cosas se pondrán peor (por si eso fuese posible).
La Dra, amenaza con su actitud de monaguilla de seguir con las “mañaneras”; Monreal y Fernández Noroña tratarán de hacer de las suyas en sus respectivas Cámaras Legislativas; Morena seguramente iniciará una lucha continua por el poder a su interior pues no les fue posible sacudirse al mesías ya que un sinvergüenza aún mayor se les coló sin que nadie chistara, por lo pronto.
No fui parte de los 32 del 2018 por lo que no generé expectativa alguna respecto al triunfo y gobierno de López. Ahora, en el 2024, tampoco lo soy de los 36, y la historia vuelve a repetirse en cuanto a expectativas, independientemente de los grados académicos que porta la presidenta electa. Se que le gusta golpear la mesa lo que indica que tiene la mecha corta.
Las pocas cosas buenas de López, entre ellas el incremento en el salario mínimo, se eclipsaron ante el ataque contra la institucionalidad nacional, contra los opositores y medios de comunicación, contra las instituciones autónomas y el Poder Judicial garantes todos de la democracia. Me resisto a creer que la suerte del País ha sido echada.
Por ello tenemos que seguir manifestándonos en las calles, con nuestras letras, en nuestro trabajo, en las pláticas con nuestros hijos, familiares y amigos. Generemos una nueva oposición alejada de los partidos tradicionales responsables del triunfo morenístico, a los morenos no los dejemos solos pues a todos/as ellos no les importa el País, solo su puesto y ganancia y la muy probable corrupción que los cobijara tarde o temprano, si no es que ya están envueltos en ella.
La Dra. y su equipo tendrán un gran trabajo ante el desaseado escenario dejado en casa y el difícil entorno internacional. Hay muchos grados académicos en el equipo los que nos deben indicar una buena capacidad de análisis y toma de decisiones escrupulosamente atendidas en beneficio, ahora sí, de todos las y los mexicanos.
Que así sea.
(rpacheco@ciad.mx / @rpacheco54)