Por Ramón Pacheco Aguilar.- Desconozco en detalle la formación académica de los gobernadores/a previos de nuestro estado de Sonora, como también el del gobernador electo; si embrago, se menciona que este último posee un doctorado otorgado por el ISAP. De entrada, podemos decir que es un punto a su favor y un componente de valor que deberá manifestarse de manera inmediata en los componentes de su gobierno y en su forma y estilo de gobernar.
Sin duda, e independientemente de la disciplina científico/académica de su grado, deberá ser diestro en el manejo del “método”, de la probabilidad y la estadística, en la elaboración de silogismos categóricos, en diferenciar errores tipo I de los tipo II, y en la obtención de las ecuaciones matemáticas que mejor describan los fenómenos a estudiar y atender. Lo anterior requiere definir siempre las variables independientes de mayor significancia para la obtención del modelo matemático con el mayor (tal vez el mejor) coeficiente de determinación. Espero que no sea mucho pedir, pero un doctorado es sinónimo de todo ello. Deberá también, plantear la hipótesis cero (Ho) de su gobierno, el objetivo general y sus metas, para que al final de su encomienda concluir si aquella hipótesis era la correcta y se cumplió, o derivó en una hipótesis alternativa (Ha) de la cual se colgaran sus resultados, sean estos buenos, malos o tan solo meridianos.
Estoy seguro que al igual que un servidor, muchos sonorenses que no votamos por él, como todos aquellos que lo hicieron, estaremos atentos al desempeño de su gobierno con una actitud crítica y propositiva, dispuestos, como buenos demócratas, a poner nuestro “grano de arena” para que a Sonora le vaya bien, como ha venido siendo necesario desde hace lustros.
El rigor de su formación académica deberá mostrarse en la conformación de sus colaboradores en la “línea de golpeo”, hablando en términos de la NFL. Entonces empezaremos a conocerlo y saber a que atenernos. En campaña, el doctor nos expuso, desde su perspectiva, cuales son la urgencias y necesidades de Sonora, e incluso, con el apoyo de connotados y prestigiados académicos sonorenses, publicó una obra (que ya forma parte de mi biblioteca) donde se analiza en detalle, y proponen solución a, la problemática actual del estado. Será para su actuar un buen documento de soporte, quiero suponer.
En consonancia con los términos y óptica del Presidente López, el gobernador electo de Sonora es un “aspiracionista conservador” que prefiere la parte oeste de la Ciudad de México. Definitivamente el doctor Durazo no es un “jacobino”; tal vez, pero solo tal vez, tan solo es un “girondino liberal”, lo cual nos estaría del todo mal, pues aún estamos a tiempo de una revolución pacífica.
Habrá mucho de qué hablar y escribir sobre el gobernador electo en los próximos seis años. Espero, de verdad, que sean cosas buenas y de valor y que no sea tan solo uno más. Espero también, que manifieste, al menos, sensibilidad hacia la ciencia sonorense ya que durante su campaña fue omiso en el tema. Y por favor, que no confunda, como es común, “desarrollo tecnológico” con “investigación científica”. Lo primero deriva de lo segundo, así de sencillo.
rpa54@hotmail.com