(Dedicada a los Comcác-ac)
Por Ramón Pacheco Aguilar.– En estos tiempos de sequía extrema, los sonorenses hemos caído en cuenta de que el agua es mucho más que la unión covalente de dos átomos de hidrógeno con uno de oxigeno; que la vida toda se origino en ella; que conforma mas del 75 por ciento de nuestro cuerpo; que todas las reacciones que nos dan vida se desarrollan en un medio acuoso; que nuestra nutrición y salud dependen de ella; que el desarrollo del Estado y el bienestar social de su población pende también de ella; que ha estado con nosotros desde el inicio del tiempo y que con ella guardamos algunos de los más bellos recuerdos de nuestra infancia.
Busque, busque y busque expresiones humanas; de mujeres y hombres, de niños y niñas. Busque palabras del pueblo alejadas de las ciencias y desconocedoras de las leyes. Encontré expresiones y sentimientos; encontré poesía. Encontré versos, muchos versos que expresan verdad y sabiduría común que aún guarda silencio. Ahora nos damos cuenta que no nos ha sido suficiente el hablar del agua en términos de ciencia, de tecnologías o de leyes para arreglar nuestros asuntos, nuestras carencias hídricas y nuestros ánimos. Nos esta haciendo falta hablar de ella en términos de vida, relatando en torno suyo el informe de nuestros sentidos, el informe de nuestra alma; tal vez, el más difícil de todos los informes. No le demos al agua una palabra sin voz porque ella desea expresarse dándonos tiempos mejores.
Sencillo y profundo el poema de María Jesús Abellan, “Sara soñó una gota”, del cual tomo algunas palabras, frases y oraciones, en las que convoca al lector a ser nube, haciendo volar sus gotas a donde hagan falta: “Vuela gota a donde hagas falta…. Busca a tus compañeras y se mas fuerte… Busca a todas las gotas soñadas…. Siembra la vida…. Baña la tierra y derrama esperanza…. Regala la dicha de hoy y la sonrisa de mañana”.
Bien decía también, nuestro entrañable Pablo Neruda: “Ya vendrá un día en el que liberaremos la luz y el agua”. Ciertamente, el día llego. “Agua, rumor de versos dichos en voz baja”, nos escribe Alberto Morate. Es hora de leerlos en voz muy alta.
El tema del agua debe convocarnos a ponerle un dique de contención a las pasiones. No solo de ciencia y leyes vive el ser humano. Vivimos porque el agua existe; por ello y nada más por ello, el agua es de todos y para todos. Por ello también, es obligación de todos asegurarnos, que todos, ejerzamos nuestro derecho por gozar de ella. Así de fácil. En Sonora tenemos tanto por hacer y el común denominador para todo es el agua. No hay de otra. Ante todo lo anterior, es triste y vergonzoso, es violencia innecesaria, la situación añeja de privación de agua potable en la que vive la Etnia Comcác-ac, sonorenses como nosotros, en Punta Chueca.
Hoy concluyo con León Felipe, quién un día escribió: ”Yo no sé muchas cosas es verdad, digo tan solo lo que he visto; digo tan solo lo que siento”. A través de estas palabras expreso mi solidaridad con todos aquellos que carecen de ella.