Ciencia y sociedad

De las propuestas por Rectoría, ¿qué falta?

"Siendo miembro de la JU participe en tres procesos de elección de rector y puedo decir que aquellos no son significativamente diferentes a este..."

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Siempre me ha interesado todo aquello que pasa al interior de mi Alma Mater, Universidad de Sonora. Soy un orgulloso Búho egresado en el ahora lejano 1977; fui consejero Universitario (1975-1976) por la Escuela de Ciencias Químicas bajo la Ley 103, y miembro de la Junta Universitaria (JU) bajo la Ley 4 (2007-2019). Presumo de conocer la historia de mi universidad, al menos la de sus últimos 50 años; particularmente, los procesos por alcanzar rectoría. 

Siendo miembro de la JU participe en tres procesos de elección de rector y puedo decir que aquellos no son significativamente diferentes a este, hablando en términos de lo que se da en llamar la “democracia universitaria”, aún una entelequia. Hablar de democracia al interior de la universidad es complejo ya que la ortodoxia del término no aplica del todo en su quehacer cotidiano. 

La universidad es, sobre todo, una institución académica, por lo que en “términos académicos” no es lo mismo un alumno/a que un maestro; un trabajador que un alumno y un maestro que un trabajador; no obstante, se ha avanzado en ello definiendo los pesos específicos de cada uno de estos componentes. 

Volviendo al proceso, tenemos ahora seis candidatos/as, tres y tres, quienes han presentado a la comunidad universitaria lo mas relevante de sus propuestas de trabajo y su visión de futuro universitario. Puedo afirmar que las propuestas son buenas y pertinentes a las necesidades actuales; sin embargo, algunas de ellas requieren replantearse en términos reales de lo contrario entrarían en el ámbito de la demagogia, como aquella que trata de “mejores espacios”, refiriéndose a un nuevo campus, y la de la “educación gratuita”. Sobre ambas comentaré en próximas contribuciones.

Hace falta que las propuestas nos hablen de como la universidad mejorará su realidad financiera para que, incluso, todo lo propuesto se concrete. Hablar de gestión ante los gobiernos estatal o federal no es novedad y la probabilidad de éxito es más bien rala. Lo mismo pasa en lo referente a la vinculación con el sector productivo. Los empresarios tienen sus propias universidades.

A lo largo de su historia, la Universidad de Sonora ha profesionalizado sus programas académicos, de licenciatura y posgrado, y sus programas de investigación, con un capital humano y una infraestructura física envidiable que la coloca entre las mejores universidades del país, con mención incluso en clasificaciones internacionales. Por supuesto que hay espacio para la mejora, pero no hay duda de lo profesional de ambos programas. ¿Qué falta entonces? 

La Unison, como todas las universidades del País, debe profesionalizar la venta del conocimiento que generan, con una visión de negocio, sin que ello se malentienda o incluso peor, se satanice. Esta venta va mas allá de la vinculación a través de los servicios e incluso proyectos que, si bien generan recurso propio, son insuficientes. 

El mejor producto universitario para colocar en el mercado son las patentes. Hablemos, entonces, de vender las patentes generadas en cifras de siete o más dígitos, en pesos o en dólares, como lo hacen las más prestigiadas universidades mundiales. Uno de los objetivos de patentar es vender el hallazgo. ¿De las decenas de patentes que tiene la universidad, cuantas regalías generan o han generado? Se debe poner atención en ello, tal vez sea la única solución. Entonces, profesionalicemos también la venta del conocimiento. Necesitamos un equipo profesional en ello, cuyo mercado sea el escenario mundial. Sin duda patentar es un logro; venderlas, el éxito que de ello deriva. 

Pero aceptémoslo, el investigador que patenta no es vendedor. El investigador/a no fue formado para ello, por lo que vender una patente es responsabilidad institucional.

Me gustaría, más bien es necesario, que los candidatos/as a rectoría comenten sobre el tema. Seguro que con ello las carencias presupuestarías se reducirían. Sobre el equipo profesional de venta, o lo forma la misma universidad (el camino largo) o se contrata externamente (el camino corto). ¿Cuál?

(rpacheco@ciad.mx /                         @rpacheco54)

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Ramón Pacheco

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