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Deportaciones a El Salvador

"Las deportaciones injustas a El Salvador desde Estados Unidos han generado una gran controversia"

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La Noticia:

“No se tolerarán más juegos”: la dura exigencia de una jueza al gobierno de Trump para que retorne a Estados Unidos al salvadoreño deportado por error… (bbc.com).


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Las deportaciones injustas a El Salvador desde Estados Unidos han generado una gran controversia y preocupación. Casos como el del salvadoreño deportado por error subrayan la gravedad de la situación y la necesidad de un sistema migratorio más justo y eficaz. La exigencia de una jueza al gobierno de Trump para que retorne al deportado demuestra la urgencia de abordar estos errores y garantizar que los derechos de los migrantes sean respetados. ¿Quién es el salvadoreño deportado que encontró apoyo en las cortes americanas, pero no en el gobierno estadounidense? ¿Qué busca el presidente de El Salvador, Nayib Bukele?

Un reportaje del New York Times encontró que, de los 238 venezolanos deportados a El Salvador, si acaso la cuarta parte podrían tener nexos con la organización El Tren de Aragua, catalogada como terrorista por el Departamento de Estado de Estados Unidos. Los demás, eran migrantes inofensivos cuyo único error fue tatuarse una corona (como la de Lionel Messi en su brazo) o algún símbolo sospechoso. El reportaje critica que las autoridades se basaran en algo como un tatuaje para condenar a la deportación.

Ciertamente Donald Trump deseaba hacer deportaciones masivas para cumplir con su promesa de campaña. Pero no dar audiencia a los candidatos a ser deportados habiendo sido elegidos por causas banales como su apariencia o tatuajes, raya en la injusticia.

El punto culminante fue la expulsión de Kilmar Abrego, un salvadoreño que trabajaba pacíficamente y que, incluso, tenía una orden judicial para no ser deportado por riesgos enfrentados en El Salvador. Como adolescente fue asediado, él y su familia, por la Mara Salvatrucha. Huyó y en 2011 llegó a los Estados Unidos donde se estableció y presentó su caso como perseguido en su país. Eventualmente un juez le concedió asilo y vivía honradamente. Según aceptó una instancia del gobierno americano, un “error administrativo,” lo puso en un vuelo rumbo a la mega prisión salvadoreña.

Esfuerzos por liberarlo han fracasado y el gobierno cambió el argumento de “error administrativo” por “deportación de enemigos justa.” El propio Nayib Bukele, visitando a Donald Trump, dijo a la prensa que él no podía regresar a un terrorista a Estados Unidos. Esto hablando de una persona sin antecedentes criminales. Al parecer, en ninguno de los dos países escuchan argumentos de abogados u observan las manifestaciones en favor de la liberación de Abrego.

Es claro que Nayib Bukele simpatiza con Donald Trump y la quiere llevar bien con él. Además, parece que Bukele recibe 6 millones de dólares por carga de prisioneros que recibe. Aparte de los salvadoreños, Bukele admitió a los 238 venezolanos. Nadie duda que se hará cargo de otros “supuestos” terroristas de diferentes países. No parece ser un honor ser el centro penitenciario de máxima seguridad de Estados Unidos, pero Bukele puede hacer negocio con ello.

Donald Trump se saltará los dictámenes de los jueces que lo instan a otorgar juicios justos antes de la deportación así sea a inmigrantes ilegales. ¿Dónde hemos escuchado que un gobierno desacata a los jueces? Capaz que Donald Trump reorganiza el sistema judicial imitando a sus amigos de la 4T.


Sergio Alonso Méndez posee un doctorado en Negocios Internacionales por parte de la Universidad de Texas           salonsomendez@gmail.com.

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Sergio Alonso

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