Ciencia y sociedad

¿DIGAN, VALE LA PENA SEGUIR INSISTIENDO?

""Tenemos científicos, tenemos universidades… lo que falta es interés en los palacios de gobierno.""

Imagen de la columna

Publicado el

Predicar en el desierto, como coloquialmente se dice, nunca ha sido de mi agrado, aunque debo confesar que lo he hecho algunas veces. En el tema que me ocupa lo seguiré haciendo, no tiene ni tengo remedio. A ver cuando se nos hace. Que así sea.

Se que debo terminar de convencerme que tanto al gobernador del Estado de Sonora, aún con su doctorado, así como al presidente municipal de Hermosillo, no les interesa el tema; que pena. No acaban de entender y valorar la importancia y trascendencia de un proyecto como el que he venido proponiendo desde hace tiempo. Al menos dos lustros. ¿Pero, de qué trata dicha insistencia?

He insistido en la necesidad de que Hermosillo, como la capital del Estado, cuente con su “Casa de la Ciencia” o con su “Museo de Ciencia y Tecnología”, como el que tienen algunas ciudades de país, entre ellas Saltillo, San Luis Potosí, Cd. Delicias, Culiacán, Cd. de México y Tijuana.

Recientemente un gran amigo me hizo llegar el artículo titulado “Dinosaurios entre nosotros”, escrito por el Dr. Eduardo Backhoff Escudero y publicado recientemente en el diario El Universal. El autor nos comenta sobre el Museo Caracol, Centro Científico y Cultural en Ensenada, BC. Se trata de un Museo de Ciencias que desde su fundación tiene un impacto significativo en los ámbitos cultural, educativo, social e incluso económico en la región.

Este Centro Científico y Cultural fue creado a fines del siglo pasado, teniendo como objetivo fomentar las vocaciones científicas en niños y jóvenes de la comunidad, y dar a conocer la investigación científica que se realiza en aquel municipio. Caracol sirve como punto de encuentro para debates, talleres y conferencias fortaleciendo la vida cultural de la ciudad y región. El Museo es aún un proyecto inacabado con mas de 25 años de trabajo ininterrumpido con el apoyo de los gobiernos estatal y federal, así como de particulares y donaciones extranjeras. ¿Por qué ellos sí y nosotros no?

Como parte de una Política Publica clara, coherente y consecuente con la retórica gubernamental, es responsabilidad del Estado construir espacios públicos que ayuden a difundir y promover la ciencia, la cultura y las artes; pero esto, con mucha pena, está fallando aquí en Sonora. ¿Qué hacer entonces cuando los que debieren no hacen nada? Tal vez es tiempo de que la sociedad civil tome la iniciativa y nos de un ejemplo de compromiso social.

En estos tiempos que transcurren impacientes y desorganizadamente, envolviéndonos en procesos políticos inexplicables, desaseados y vergonzantes que van concentrando, ya no lentamente sino como carrera desbocada y sin oponente alguno, el poder en una sola persona y su movimiento habrá que seguir insistiendo en que se atiendan otros temas de la vida nacional con mucho mayor contenido y utilidad que la fabricación de una proto-dictadura.

Los hermosillenses, y los sonorenses en general, debemos estar ciertos de que como ciudad y Estado contamos con toda una infraestructura dedicada a la investigación y un capital humano excepcional de científicos dedicados a la ciencia, que con el debido apoyo de los gobiernos y un genuino interés de la comunidad podrían, en un corto plazo, liderar el proyecto de nuestra Casa de la Ciencia. ¿Qué dicen los Palacios frente a Catedral? ¿Les interesa? Sin pena, digan la verdad. Digo, para saber a qué atenernos. ¿Cuánto tiempo más los seguiremos esperando? ¿Cuántas veces más les seguiremos insistiendo para que hagan parte de su trabajo más allá del discurso? Aunque necesarios, no todo son becas y transporte publico eléctrico, Señores.

¿Te gustó este contenido?
Ramón Pacheco

Sigue a Ramón Pacheco Aguilar