Ciencia y sociedad

¿Hermosillo, una ciudad madura?

"Nuestra ciudad es una ciudad centenaria fundada como tal un día como hoy, 18 de mayo, pero de 1700. "

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La respuesta a la pregunta anterior es un rotundo no. Definitivamente no lo es. Una ciudad, en cualquier parte del mundo, lo es cuando los ciudadanos que la habitan han logrado esa cualidad en los ámbitos individual y colectivo.

Considero que la madurez no se alcanza, es un logro resultado del esfuerzo, del compromiso y de la educación de la comunidad toda, cosa que se antoja difícil pero probable.

Nuestra ciudad es una ciudad centenaria fundada como tal un día como hoy, 18 de mayo, pero de 1700. Considero que su crecimiento ha sido lento y desigual, pues después de mas de trecientos años de historia formal persisten ausencias que van más allá del desinterés político y social, independientemente de gobiernos y colores partidarios. Seguimos desconociendo, o mejor dicho ignorando, el significado del término. Una ciudad madura debe ser capaz de poder gestionar adecuadamente su desarrollo y el comportamiento de su vida diaria, pero ello no solo es responsabilidad de los gobiernos y sus estructuras, sino también del ciudadano. 

El comportamiento ciudadano es el eje central, medular, de la madurez urbana. El comportamiento del ciudadano en su ciudad es el reflejo de este al interior de su casa.

La madurez esta relacionada con la inteligencia y con la capacidad de aprender de la experiencia. Lo que pasa es que en Hermosillo no hemos acumulado experiencia, pues su historia se reinventa cada tres o seis años, impidiendo tomar decisiones informadas y complementarias a los “buenos” trabajos previos. 

No puede haber madurez si la armonía urbana escasea, lo que da paso a la agresividad ciudadana que se manifiesta en un grado de ansiedad que nos lleva a no pensar mas allá de lo exclusivamente personal, dejando lo colectivo para otros. Todo ello nos lleva a descuidar a nuestra ciudad y eliminar el trato interpersonal.

Debemos esforzarnos por lograr la madurez social como comunidad y la madurez operativa como sociedad estructurada, respetuosa de las leyes y sus instituciones, aunque a algunos, actualmente, les moleste la idea. Entonces, podemos ver que la madurez no se trata de la edad sino del uso de la experiencia y el aprendizaje acumulados para el bien común. Debemos ser conscientes de que la madurez debe vivirse y expresarse más allá de nuestra persona y decantarse a lo social, a lo colectivo. 

La madurez de una ciudad la hace su gente, su consideración y respeto por ella, por su historia, por sus buenas costumbres, por la confianza e identidad con el actuar y decisiones de sus gobernantes.

Menciono un ejemplo: Recientemente se “impuso” un límite de velocidad de 50 km/h en calles, avenidas y bulevares lo que dio por terminadas las vías rápidas tan necesarias en Hermosillo. Un límite de velocidad difícil de mantener que ni las flamantes patrullas eléctricas pueden con él, como lo constaté en días pasados al colocarme detrás de una patrulla que me rebaso a exceso de velocidad y así continuo hasta que la perdí de vista. 

Siendo así las cosas, entonces ¿cuáles son los atributos deseables de madurez urbana que debemos perseguir? Para empezar, solo una buena aptitud y actitud ciudadana y la preparación optima de autoridades y funcionarios. Podemos lograrlo.



(rpacheco@ciad.mx /                         @rpacheco54)

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Ramón Pacheco

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