Ciencia y sociedad
Lo correctamente y lo correcto
"Hacer las cosas correctamente requiere de “conocimiento descriptivo”, destreza, herramientas y dinero"

Publicado el
Hace unos días nos vimos invadidos, lo deseáramos o no, por los sendos informes de los tres niveles de gobierno. Todos semejando una cascada con los mejores deseos y una confianza certera de que los actuares, afanes y desempeños cotidianos de sus gobiernos estarían dirigidos no tanto a hacer “las cosas correctamente”, sino a hacer “las cosas correctas”.
Hacer las cosas correctamente requiere de “conocimiento descriptivo”, destreza, herramientas y dinero. Por otro lado, hacer las cosas correctas demanda de “conocimiento preceptivo”, pericia, competencia, capacidad analítica y de integración y voluntad. Lo primero es, “como se deben hacer las cosas”; lo segundo, “que es lo que se debe hacer”. Sin duda, las cosas correctas deben hacerse, siempre, correctamente.
Ahora me pregunto: ¿Qué es lo que necesitamos en todo Sonora y en Hermosillo para hacer las cosas correctas, correctamente? Podríamos iniciar poniéndonos de acuerdo en lo que para Sonora es lo “urgente” y en lo que es “importante”. Aclaro que cuando me refiero a Sonora me refiero a su comunidad, gobierno y ciudadanos; o sea, todos los que estamos.
La percepción de lo urgente y lo importante varía dependiendo de cada uno de nosotros, incluidas las autoridades. ¿Pero que tanto debe de variar esa percepción individual en un entorno comunitario y supuestamente democrático? Espero que no mucho.
Desde mi particular punto de vista, catalogaría como urgente lo siguiente: 1) seguridad pública, 2) abasto continuo y suficiente de agua de calidad, 3) casa y alimento para todos y 4) salud y educación. Como importante: 1) Creación de empleos de calidad, 2) mayor promoción de la cultura, las artes y la ciencia, 3) mejorar la calidad de la oferta educativa, 4) promover la conciencia ciudadana y la cultura de la legalidad, 5) una adecuada recaudación de impuestos, 6) combate a la pobreza y la indigencia, y 7) identidad plena entre todos los niveles de gobierno. ¿Por dónde empezamos?
Particularmente en Hermosillo su crecimiento está convirtiendo a nuestra ciudad en un verdadero caos; una entropía tendiendo al infinito deteriorando aquella placidez citadina a la que estábamos acostumbrados. Por doquier observamos embotellamientos vehiculares, violencia, exceso de accidentes viales, tuberías colapsadas, contaminación por anuncios y espectaculares, falta de limpieza en calles y avenidas, desempleo, subempleo e indigencia. ¿Qué no quedamos, en algún momento de nuestra historia reciente que seríamos la “Capital del Noroeste”? ¿Seguimos estando en ello o fue tan solo una de tantas promesas incumplidas? ¿Qué debemos hacer los ciudadanos para hacerla realidad? ¿Una entelequia? ¿Las utopías se logran?
Es claro (y entendible) que el gobierno no lo puede hacer todo. Pero es claro también que a la participación ciudadana se le debe dar la importancia y el rango que merece y requiere, integrándola más a los planes de trabajo de gobierno. Se supone que así debiese ser, ¿pero?
Sin duda Sonora es un Estado muy especial; siempre lo ha sido. Es el Estado donde vivimos, donde viven nuestros hijos, donde forjamos día a día nuestros presente y futuro, donde trabajamos por México. Así que como ciudadanos del país supuestamente democrático que somos, trabajemos todos con más ahínco para generar el Sonora que siempre hemos querido pero que tarda en concretarse. No dejemos que escape de nuestras manos.
Quedemos entonces a la espera de las debidas y atinadas “directrices” consensuadas de los gobiernos. Que todos esos miles de millones de pesos que presumen estar invirtiendo como algo histórico, se apliquen “correctamente en lo correcto”.

Sigue a Ramón Pacheco Aguilar