Cisne negro
Pésimo desempeño en el mercado laboral
"Señales de alerta, focos rojos arrojan las cifras oficiales del INEGI en materia de generación de nuevos empleos en el país de la 4T, ya que, según la ENOE, al cierre de agosto se eliminaron alrededor de 1.3 millones de empleos."

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Señales de alerta, focos rojos arrojan las cifras oficiales del INEGI en materia de generación de nuevos empleos en el país de la 4T, ya que, según la ENOE, al cierre de agosto se eliminaron alrededor de 1.3 millones de empleos. La Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo destaca que es la peor cifra desde que hay registro, afectando al sector informal y a las mujeres en particular.
De enero a agosto, la economía ha podido generar solo el 15% de los empleos requeridos; esto es, 178,313 plazas, que de poco sirven para satisfacer el crecimiento de la población en edad de trabajar.
Aun con el endeudamiento excesivo del sector público y los programas sociales, no ha sido posible despertar al gigante dormido, tanto en materia de crecimiento económico como en generación de empleos.
En pocas palabras, es notorio que a la 4T le interesa más lo electoral que generar un buen ambiente económico que brinde confianza y seguridad para invertir.
Detrás de estas cifras oficiales, que no se publicitan en las mañaneras, aparecen cifras preocupantes en los tipos de ocupación, sea esta subordinada a un patrón o de quienes laboran de manera independiente, e incluso en las actividades no remuneradas.
En cuanto a los tres sectores de la economía, en el sector primario, segundo renglón con mayores pérdidas, se han dado de baja 400 mil empleos; lo mismo en servicios y comercio, primer lugar de empleos perdidos.
El único sector que se salva es el secundario, en el ramo de las manufacturas, con una generación de plazas hasta agosto de 185 mil; no así la construcción, que ha perdido casi 100 mil plazas.
Según la ENOE, al mes de agosto había 61.3 millones de personas dentro de la PEA (Población Económicamente Activa), esto es, 274 mil menos que en el mes de agosto de 2024.
Lo anterior quiere decir, y no es consuelo, que este año ha sido peor que el anterior, ya que las cifras de desempleo rondan del 2.7 al 2.9%, lo que equivale a decir que hay entre 1.8 y 2 millones sin trabajo.
Por cierto, más altas las tasas para mujeres que para hombres, y si nos vamos por niveles educativos, las cifras nos sorprenden. Por ejemplo, el 11.2% de los desempleados este año no habían completado la educación secundaria.
Tampoco hay empleo para el 88.5% de los niveles educativos más altos, a sabiendas de que en su mayoría son jóvenes.
Ciertamente, el 46.1% de quienes buscaron empleo entre los 25 y 44 años, seguidos por los de 15 a 24 años (35.2%), no encontraron colocación, con plazos mayores para conseguirlo, que han aumentado de uno a tres meses en promedio.
Bajo estas condiciones, el país no puede seguir “nadando de muertito”, ni el gobierno seguir acumulando deuda interna y externa, que de poco ha servido para activar los motores de crecimiento de la famosa formación bruta de capital fijo de las cuentas nacionales.
Esta, que contempla la inversión pública y la privada, es la que debe reaccionar para generar las condiciones de crecimiento económico, ya que el famoso Plan México duerme por el momento el sueño de los justos, y esperarse o esperanzarse solo al T-MEC no es garantía.
Ya veremos si salimos de estos siete años de vacas flacas seguidos y nos ponemos las pilas, ya que, en el caso particular de Sonora, las cuestiones económicas tampoco están boyantes que digamos.
Hay que revisar más a fondo los sectores productivos y su particular problemática, sea en el campo, en la minería, en la pesca, la construcción o las manufacturas; todas y cada una reclama múltiples pendientes que ya no pueden esperar.
HE DIXI.

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