Rectoría de la Universidad de Sonora

Llegó el tiempo de recambio en rectoría de nuestra Alma Mater, Universidad de Sonora. Su actual Rectora, Dra, María Rita Plancarte Martínez, en su momento expresó su carencia de interés en su reelección, decisión muy respetable por supuesto.

El proceso de elección del nuevo/a rector/a será inédito bajo los términos establecidos en la nueva Ley Orgánica 169. Veremos, en la práctica, si contiene el procedimiento que conduzca el asunto, bajo un ambiente universitario consecuente, donde el espíritu por la excelencia académica sea el que defina los procederes de la comunidad universitaria toda, sin pugna alguna pues no hay necesidad ni tiempo para ello. 

Como exmiembro de la Junta Universitaria (JU), me tocó participar en tres procesos de elección de rector, imperando en todos ellos el respeto esperado en cada una de sus etapas.La decisión de ser aspirante a candidato/a siempre fue personal, debiendo cumplir solo con ciertos atributos en los que imperaba el de la honorabilidad. En todos los casos, creo recordar, siempre hubo más de seis aspirantes. 

El plan de trabajo presentado en las propuestas era propio y sin respaldo o retroalimentación alguna de la comunidad universitaria o sociedad. Después del registro pasábamos a la auscultación en todas las unidades de la universidad a nivel estatal. Así que la democracia, tantas veces cuestionada, se manifestaba en el interés personal o de grupo de presentarse, sin restricción alguna, a expresar el apoyo al aspirante de su preferencia ante la comisión de auscultación. 

Algunos aspirantes carecían del más mínimo apoyo de algún sector de la comunidad universitaria. En algunos casos era bastante obvio el desconocimiento del contenido de las propuestas del aspirante de preferencia.

Después de esta auscultación “universal” se definía por la JU quienes serían los aspirantes finalistas, ahora candidatos, quienes tendrían que exponer en forma detallada el contenido de su propuesta de plan de trabajo. La JU con sus 14 miembros, deliberaría y definiría quien sería el nuevo Rector/a. El proceso bajo la 169 es muy similar al de la 4 en sus etapas iniciales, nomás que ahora la decisión final la toma el Consejo Universitario con aproximadamente 139 miembros, y aquí es donde tengo mis dudas sobre la quietud en el análisis y discusión que se vaya a dar en ese recinto. 

La entrada en vigor de la Ley 169 es reciente por lo que todavía no podemos reconocer sus bondades las cuales pronto deberán manifestarse para que la Unison siga avanzando académicamente tal y como lo hizo bajo la Lay 4. Pronto le llegará el día en que tenga que dar cuentas. 

Y solo para terminar, el “deseo” de ser rector/a debe ser un plan/proyecto de desarrollo personal/profesional que se construye en el tiempo y no sobre las rodillas, de la noche a la mañana, con la retroalimentación critica y activa de sectores de la comunidad universitaria y sociedad. El nuevo rector/a requiere conocer plenamente su historia y las tendencias actuales de las mejores universidades mundiales. Requiere poseer una gran capacidad de interlocución y de gestión para relacionarse con el gobierno, la empresa y la sociedad. Debe profesionalizar la venta del conocimiento como la “única” vía de salir de las carencias presupuestales que prevalecen. Debe. mantener la sana distancia con las autoridades de gobierno y denunciar cuando algún gobernante quiera pasarse de la raya. La autonomía universitaria debe salvaguardarse siempre pues es el principal compromiso de todos los universitarios con nuestras Alma Mater. 

No olvidemos nuestro Himno Universitario (…del que trabaja es la virtud, del que trabaja es el honor), ni su lema (El saber de mis hijos hará mi grandeza). Larga vida a mi Alma Mater, Universidad de Sonora.

(rpacheco@ciad.mx /                         @rpacheco54)