El lado bueno de
Segundo piso, paso a desnivel o túnel
"En términos de vialidades urbanas hay una diferencia funcional entre “segundos pisos”, “pasos a desnivel” y “túneles”."

Publicado el
Las posiciones más radicales en el terreno de las ideas suelen ceder frente a la realidad con inteligencia, buena voluntad y visión de largo plazo. Cualquiera que sea en la mente de la presidenta de la República el significado simbólico del “Segundo Piso de la 4T”, no se descarta que esté replanteando el objetivo y reprogramando las acciones.
Como en el cuento de la Caperucita Roja de Charles Perrault y los Hermanos Grimm, llegó el momento en el que la bestia del norte abrió sus temibles fauces y reveló su verdadera intención: ¡Para comerte mejor! aunque el fin último no es, como en el cuento, tragarse a una dulce e inocente niña, sino engullirse un tratado comercial que según su primitiva y materialista visión “le ha hecho mucho daño a ‘América’”.
En términos de vialidades urbanas hay una diferencia funcional entre “segundos pisos”, “pasos a desnivel” y “túneles”; los primeros son pasos elevados construidos sobre otra vialidad ya existente, por ejemplo, el segundo piso del Periférico en la Ciudad de México; un paso a desnivel es una vialidad que pasa por encima o por debajo de otra, sin afectar un cruce al mismo nivel y un túnel es una vía subterránea que se construye por debajo del nivel del suelo para facilitar la movilidad vehicular en la superficie.
Dejando de lado lo urbanístico para volver a los temas políticos y económicos, en el caso del “Segundo Piso de la 4T” sería fatal que tuviera que ser túnel (como aquél del “error de diciembre” en el que no se le veía “la luz al final de el”).
Por los acontecimientos de los primeros cuatro meses del actual régimen y en especial por la irrupción de Trump en escena, todo indica que la magnitud de la cuarta transformación será menor a la percepción de cambio (“No somos iguales”) inducido a través de la alucinante insistencia de AMLO en sus mañaneras.
Afirman los expertos que, dadas las circunstancias actuales, la 4T no será el gran cambio con el que sueña el grupo de los más radicales “de izquierda”, que siguen cercanos al poder presidencial, sino el producto de un nuevo liderazgo presidencial que empieza a mostrar sus atributos propios.
Sabido es que la actual titular del poder ejecutivo federal heredó un “check list” con más pendientes que finiquitos de obra y una sequía de recursos económicos insuficiente para sufragar el costo de construcción del pretendido segundo piso y que tampoco alcanzan para cubrir los gastos de operación más apremiantes. Ante este panorama tendrá que haber el inevitable replanteamiento que reconozca los cambios en el entorno geopolítico vecinal y global, los cuales obligarán a ajustar el proyecto de segundo piso a un paso a desnivel, y en el más indeseable de los casos, a un túnel, como el que se construyó en los tiempos del expresidente Zedillo.
Enfrentar una realidad compleja e inesperada suele ser difícil, pero la “cabeza fría” y un enfoque estructurado ayuda y se reconoce cuando es para mantener una actitud enfocada a las buenas soluciones y al análisis objetivo y sereno de los hechos, pudiendo así descubrir los verdaderos problemas y las amenazas reales, algunas remotas y otras, lamentablemente, en el círculo más cercano.
En el caso de Caperucita Roja fue un lobo feroz disfrazado de abuelita; en los desafíos por vencer para conducir a México por el mejor de los caminos, habrá que lidiar con el lobo del norte y varios lobos más. Somos algunos, tal vez muchos los que pensamos que se tendrían que desandar los malos pasos y habría que cancelar no pocos apegos.
Queda tela de donde cortar…
Ex rector de la Universidad Kino

Sigue a Hector Vazquez del Mercado B.