Ciencia y sociedad
Sobre la pobreza, la riqueza y la Ciencia
"La alineación e identidad política de los gobiernos federal y estatal brindan una excelente plataforma"

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La pobreza es un problema orgánico, sin objeción, en Sonora y de manera especial en algunos municipios bien identificados. Independientemente de las metodologías utilizadas en la generación de datos y cifras, así como de los datos y cifras mismas, el gobierno debiera abocarse, con mayor inteligencia y propósito, a su eliminación o al menos a su mitigación. Los paliativos nunca han sido suficientes Vivimos una coyuntura que no debemos pasar por alto y desaprovechar.
La alineación e identidad política de los gobiernos federal y estatal brindan una excelente plataforma y oportunidad de conjuntar esfuerzos y recursos para atender de manera integrada e incluyente esta situación de inequidad social que abarca a casi al 50% de nuestra población nacional.
Debiera ser hora de dejar de hablar de pobreza para hablar de apropiados niveles de bienestar. Anhelamos que este sea el lenguaje del gobierno sonorense y que responda, en el muy corto plazo, con acciones concretas, integradoras, medibles, innovadoras y de mucho valor, para ir poco a poco disminuyendo esta desventaja y segregación social de un amplio sector de conciudadanos.
¿Qué necesitamos recursos?, pues si; cierta y claramente necesitamos recursos, y muchos, como siempre. No podemos construir escuelas, mejorar la calidad de la educación, generar empleos, apoyar a la educación básica y superior, construir hospitales y clínicas, dar facilidades para contar con vivienda digna y muchas otras necesidades y urgencias, sin recursos. En ningún lado ocurre de otra forma.
El gobierno de Sonora debe ser un activo gestor y generador de riqueza, pero ahora con una política distributiva ampliamente incluyente. En algún momento de nuestra historia perdimos esa capacidad. ¿Pero, la tuvimos? Solo algunos gobernantes, políticos de partido y funcionarios deshonestos enriquecieron, y vaya que lo hicieron.
Un antídoto para este padecimiento orgánico y funcional que representa la pobreza y que el gobierno estatal debe apresurarse a utilizar, es la ciencia.
Tanta ciencia sonorense que siempre ha estado ahí y que, hasta hoy, los gobernantes en turno no han sabido que hacer con ella. Tanta ciencia sonorense lista para transformarse en desarrollos tecnológicos de alto valor generadores de esa necesaria riqueza que alivie tanto pesar, zozobra y congoja social.
Pero, si para hacer ciencia se necesita el método, para utilizarla como vector transformador, además del método correspondiente, se requiere del conocimiento y manejo de los contextos sociales y de una sensibilidad política para conjuntar esfuerzos y hacer concurrir las sabidurías y experiencias de todos los actores sociales.
Sobre todo, se requiere de un enfoque transdisciplinario para la solución del problema que nos ocupa, conjugando y conjuntando las capacidades y contenidos de las ciencias sociales y las ciencias aplicadas.
Ante todo ello me pregunto: ¿Y ahora quién podrá ayudarnos en toda esta planeación tendiente a un uso eficiente de la ciencia sonorense? Digo, porque los que debieran hacerlo no lo hacen. No saben hacerlo. Penoso asunto.
Una cosa es cierta, absoluta, incuestionable, innegable, contundente y hasta axiomática: solo las regiones y países que han hecho uso eficiente de su ciencia, y de la ciencia en general, han dejado atrás la pobreza. ¿Qué estamos esperando?
(rpacheco@ciad.mx / @rpacheco54)

Sigue a Ramón Pacheco Aguilar