Aunque por el momento algunos indicadores económico-financieros no reflejan el nerviosismo que se vive en México por el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, lo cierto es que de un momento a otro empezarán los ajustes en el tipo de cambio y en la bolsa.
El republicano no se anda por las ramas y a pesar de que se convertirá en Presidente constitucional a partir del próximo 20 de enero, podría desde ya sugerir abiertamente al Gobierno de Joe Biden que empiece a llamar a cuentas a Claudia Sheinbaum en varios temas.
Al estilo de como empezó a operar en su momento López Obrador (cuando era Presidente electo entre julio del 2018 y el 30 de noviembre de ese año), Trump podría tener la cancha abierta por parte de Biden, para que se arranque su Presidencia cuando quiera.
A Trump le apura meter en cintura a los malos de México por el caso del fentanilo; también le urge frenar la ola migratoria a la vez que quiere condicionar las relaciones comerciales en momentos cuando arrecia “la guerra EU-China”.
El republicano hará todo lo que sea necesario para empezar a ablandar tanto al gigante asiático como a México, ya que con las dos naciones EU registra enormes déficits comerciales.
A México “lo tiene de pechito” y cuanto antes quiere debilitarlo en diferentes frentes para que en lo económico este menos fuerte a la hora de revisar el T-MEC.
Por lo mismo el magnate quiere que Robert Lighthizer repita como su negociador comercial.
A nivel mundial se supo que el Presidente electo colocaría -por segunda ocasión-, a Lighthizer como titular de la Oficina del Representante de Comercio.
El Financial Times (FT) había informado que Trump pidió a Lighthizer que dirigiera la política comercial de su Gobierno.
Lighthizer declinó hacer comentarios sobre el informe y sobre las deliberaciones dentro del equipo de transición del republicano respecto a los puestos del gabinete.
El veterano abogado asesoró la campaña 2024 de Trump.
Lighthizer fue una de las principales figuras durante el primer mandato de Trump en la imposición de fuertes aranceles a las importaciones chinas y la renegociación del Tratado de Libre Comercio con México y Canadá.
Trump pretende impulsar la agresiva agenda comercial de su primer mandato de cuatro años con aranceles generalizados del 10 por ciento sobre los bienes importados y gravámenes aún mayores sobre las importaciones procedentes de China y otros países.
De concretarse, los precios al consumo subirían de manera importante y presionarían la inflación.
El principal enviado de China a Estados Unidos recién levantó la mano para opinar sobre el pocisionamiento comercial de Trump y advierte que no hay ganadores en las guerras arancelarias o comerciales, ni en las guerras por la ciencia y la tecnología o la industria.
Pero tales advertencias a Trump le entran por un oido y le salen por el otro.
En ese tira-tira, tambien se hace escuchar Marcelo Ebrad, titular de la Secretaría de Economía, quien dice que es esencial que México no tenga miedo y que se vaya a la próxima revisión del T-MEC con optimismo a fin de no aceptar condiciones.
El acalambramiento se manifiesta.
jvillegas@correorevista.com Twitter: @JvillegasJavier