Cada Gota Cuenta: Tecnología e Higiene contra la Crisis Hídrica

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Revista Correo

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Ante el creciente estrés hídrico que afecta a productores, supermercados y consumidores en México, la tecnología y la higiene alimentaria se perfilan como herramientas esenciales para enfrentar uno de los mayores desafíos actuales: el uso eficiente del agua sin comprometer la seguridad alimentaria.

Según datos de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), México consume anualmente cerca de 475 mil millones de metros cúbicos de agua, de los cuales el 90% se destina a actividades industriales y agrícolas. Con una demanda proyectada a aumentar un 56% hacia el año 2030, el País se encuentra en una encrucijada donde la innovación tecnológica se vuelve indispensable tanto para preservar los recursos hídricos como para garantizar el abasto de alimentos seguros.

En este contexto, nuevas tecnologías están transformando los procesos de limpieza y desinfección de frutas y verduras en puntos de venta. Gracias a soluciones "dos en uno" que no requieren enjuague, es posible reducir hasta un 53% el consumo de agua en supermercados. Estas herramientas no sólo eliminan microorganismos, sino que además prolongan la vida útil de los alimentos frescos y disminuyen su desperdicio.

Talía Gálvez, líder de la división Food Retail Services en Ecolab México, destaca que “estos productos no sólo previenen enfermedades, también alargan la vida útil de los alimentos frescos. Es una forma directa de combatir el desperdicio y ahorrar agua al mismo tiempo”. Además, enfatiza que la eficiencia hídrica está directamente ligada a la inocuidad alimentaria, ya que, sin procesos limpios y seguros en los puntos de venta, no se puede garantizar la salud del consumidor final.

El uso del agua en el sector agrícola representa el 77% del total de agua dulce utilizada en el País, mientras que el 86% de la huella hídrica del ciudadano promedio proviene de su alimentación, según la Secretaría de Agricultura. Sin embargo, lo que sucede en los supermercados también es fundamental. Gálvez señala que estas tecnologías ya se encuentran operando en diversos establecimientos del país, desde tiendas de autoservicio hasta cadenas regionales, donde contribuyen a reducir el impacto ambiental y asegurar alimentos en óptimas condiciones para el consumidor.

Aunque la mayoría de las empresas especializadas en eficiencia hídrica y desinfección alimentaria no trabajan directamente con el gobierno, sí lo hacen con distintos eslabones de la cadena alimentaria nacional. Esto permite preservar la inocuidad de los alimentos desde el campo hasta la mesa, fortaleciendo la confianza del consumidor mexicano.

Además de la tecnología, el cambio de hábitos también juega un papel crucial. Fechas como el 5 de mayo, Día Mundial del Lavado de Manos, y el 7 de junio, Día Mundial de la Inocuidad Alimentaria, impulsan campañas educativas sobre el uso seguro del agua y la correcta manipulación de alimentos.

Gálvez adelanta que a nivel global se ha trazado como objetivo para 2030 ahorrar 300 billones de galones de agua y contribuir a la seguridad alimentaria de más de 2 mil millones de personas. Aunque aún no se cuenta con cifras específicas para México, se estima que el impacto será creciente conforme más empresas adopten estas soluciones.

En un País que aún debate cómo alcanzar la autosuficiencia alimentaria, los esfuerzos por construir una cadena alimentaria más limpia, eficiente y segura ya están en marcha. Desde los campos de cultivo hasta los refrigeradores de los hogares, cada gota de agua utilizada con responsabilidad representa un paso hacia un futuro más sostenible.