Canasta básica sube 4.3%

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Revista Correo

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Durante octubre de 2025, el costo de la canasta básica en las zonas urbanas de México volvió a dar un respiro corto, pero suficiente para golpear el bolsillo de las familias.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el incremento anual fue de 4.3%, lo que significa que una familia de cuatro integrantes requiere más de 19,000 pesos mensuales para cubrir alimentos, productos de higiene y servicios básicos.

El costo estimado por persona se ubicó en 4,756 pesos mensuales, lo que deja claro que el salario promedio sigue sin alcanzar el ritmo de los aumentos en bienes y servicios indispensables. La canasta básica, según el Inegi, incluye una amplia variedad de productos de consumo cotidiano: frutas, verduras, carnes, cereales, alimentos procesados, artículos de higiene, medicamentos, atención médica, servicios del hogar, educación, transporte e incluso opciones de entretenimiento.

Rubros que más presionaron

El alza no se explica únicamente por los alimentos, sino también por otros componentes que se han vuelto cada vez más costosos. Entre los rubros que más empujaron los precios se encuentran los servicios de vivienda y básicos del hogar, además de los productos y servicios de entretenimiento y cultura, los cuales registraron aumentos notables a lo largo del mes.

Esta combinación ha encarecido el día a día de las familias urbanas, especialmente en ciudades donde el costo de vida ya de por sí es más alto que en las zonas rurales.

En el campo, el aumento fue menor

En contraste, las localidades rurales mostraron una inflación más moderada. El costo de la canasta básica rural subió 2.9% anual, con un precio estimado de 3,412 pesos por persona. Así, una familia de cuatro integrantes en una comunidad rural necesitaría 13,648 pesos mensuales para costear los mismos bienes y servicios básicos.

Aun con ese menor incremento, las familias del campo también enfrentan presiones en rubros específicos: alimentos, productos de cuidado personal y servicios educativos y recreativos fueron los que más aumentaron durante octubre.

Un reflejo de la desigualdad de ingresos

Estas cifras del Inegi se calculan con base en las líneas de pobreza y pobreza extrema por ingresos, y sirven para dimensionar el poder adquisitivo de los hogares. En este marco, quienes no alcanzan a cubrir el costo de la canasta alimentaria se consideran en pobreza extrema, mientras que los que pueden pagarla pero no logran cubrir la canasta ampliada se ubican dentro de la pobreza moderada.

El encarecimiento de la canasta básica, aunque parezca leve en términos porcentuales, refleja la distancia cada vez mayor entre los ingresos reales y el costo de vivir con lo esencial, tanto en las ciudades como en el campo mexicano.