La Noticia: 

Una nueva ola de explosiones de walkie-talkies en Líbano deja al menos nueve muertos y 300 heridos… (bbc.com).

Comentario:

Imaginemos portar el celular en el bolsillo del pantalón, en el cinturón o sostenerlo en la mano cuando de repente explote. En el caso de el Líbano no fueron celulares, sino los aparatos de radiocomunicación seleccionados por el grupo Hezbolá, los beepers. Podrá parecer una tecnología obsoleta, pero Hezbolá los prefirió por el riesgo de sufrir hackeos al usar teléfonos celulares. Irónicamente su estrategia les explotó en las manos. ¿Cómo hizo Israel, nadie duda que fue él, la operación? ¿Modificará el atentado la situación del conflicto Hezbolá-Israel?

La clave de la operación fue que la Mossad, la inteligencia secreta de Israel, descubrió que el grupo terrorista Hezbolá había solicitado la compra de miles de beepers a una empresa de Taiwán. Rastreó el pedido y en algún punto interceptó encubiertamente el cargamento. Lo manipuló introduciendo una pequeña cantidad de explosivos cerca de la batería y permitió que llegara a su destino. Hezbolá al recibirlo repartió los beepers entre sus integrantes sin sospechar la maniobra. Pasaron meses en que los aparatos funcionaron sin problema alguno.

Un buen día, sospechando que la maniobra estaba a punto de descubrirse, la Mossad mandó una señal para hacer explotar los aparatos. Sorprendió al mundo ya que nadie había realizado una operación similar. El resultado fueron 12 muertos y miles de heridos. Las heridas fueron en rostros, manos, caderas, piernas, dependiendo del lugar donde la persona llevara el beeper. No se sabe si Israel esperaba un daño físico mayor, pero algo que se logró fue identificar a los combatientes de Hezbolá. Aquellos con heridas son agentes terroristas desde el punto de vista de Israel.

El mayor daño consistió, sin embargo, en la pérdida de la comunicación entre los militantes de Hezbolá. Al quedarse sin beepers, los mensajes se detuvieron. Y peor, los agentes de Hezbolá quedaron sospechosos de cualquier aparato de comunicación. Un día después de los beepers, explotaron walkie-talkies. Pasará algún tiempo antes de que el mando central de Hezbolá adquiera nuevos equipos, los revise con cuidado y los reparta. Ninguna operación es impecable y en esta murieron unos pocos niños. Algún agente dejó el beeper en casa tal vez, o prestó el equipo a su hijo y la tragedia se presentó. ¿Aprenderá Hezbolá de este golpe?

Ningún analista está sugiriendo que Hezbolá vaya a buscar negociaciones de paz con Israel. Todos son de la opinión que el grupo buscará vengarse. Se rumora que posee miles de cohetes hábiles para ser disparados contra Israel, así como misiles guiados y drones. Quizá solo espere una oportunidad para evitar que las defensas de Israel los destruyan y los lanzará.

Luego de la guerra con Israel en el 2006, el grupo Hezbolá se recuperó de las pérdidas de sus combatientes. La población libanesa en lo general respalda a Hezbolá y muchos jóvenes se están alistando en sus filas. Israel está contando, sin duda, que, al disminuir la acción en Gaza, las fuerzas de su ejército puedan ser desplazadas al norte a la frontera con el Líbano.

La explosión de los beepers fue novedosa, pero el conflicto con Hezbolá se mantiene como una de las enemistades más antiguas. Para muchos árabes, entre ellos Hezbolá, la desaparición del pueblo judío es una misión de vida. A esperar un recrudecimiento en el Medio Oriente.

Sergio Alonso Méndez posee un doctorado en Negocios Internacionales por parte de la Universidad de Texas    salonsomendez@gmail.com.